En España, uno de cada 10 estudiantes considera que ha sufrido Bullying en las aulas y el 7% de los estudiantes revela que lo ha sufrido a través del móvil o internet, según la organización humanitaria Save The Children. Con motivo del Día Mundial contra el Bullying, hemos hablado con diferentes personas que viven muy de cerca situaciones conflictivas desde diferentes perspectivas. Y estas son sus conclusiones y recomendaciones.

Cada vez las familias tienen menos hijos y se desviven para que estos tengan “lo mejor”, aquello que sus padres no han tenido. Se depositan en ellos todas las expectativas bajo la creencia de que dándoselo todo llegarán a ser aquello que sus padres no lograron ser. El hijo o la hija se convierte en el centro del “universo” familiar y a largo plazo adquiere un rol de superioridad respecto a los miembros de la familia que le dificulta la relación con los demás. Hecho que puede causarle problemas en diversos ámbitos, como el colegio o las amistades.

En los últimos años el número de niñas y adolescentes con Trastornos de la Conducta se ha incrementado considerablemente. Si hace poco tiempo, este tipo de trastornos afectaban más a los niños y adolescentes varones, en la actualidad afecta prácticamente a ambos sexos por igual. Además, los jóvenes y adolescentes tienen distintos géneros y el colectivo LGTBI ha ganado visibilidad. Ante esta realidad, se impone una perspectiva de género a la hora de abordar los Trastornos de la Conducta.

Los jóvenes con trastorno del control de los impulsos, trastorno de la conducta o trastorno negativista desafiante corren un riesgo especial de pasar de un consumo puntual de sustancias psicoactivas, como el alcohol o el cannabis, a una dependencia o trastorno grave por el uso de las mismas.