La adicción a las nuevas tecnologías, es una adicción comportamental, es decir, es una adicción a una conducta que se repite de manera compulsiva llegando a generar una dependencia.
En las nuevas tecnologías, los medios usados son desde la radio o la televisión, hasta los más novedosos ordenadores, tablets, videojuegos, o Smart-phone.
La adicción a las nuevas tecnologías engloba: adicción a los videojuegos, a las redes sociales (whatsapp, Facebook, Tuenti, Twiter, etc.), adicción a las series o programas de TV o radio adicción a internet: youtube, juegos de apuestas on-line, videos, etc.
En nuestro centro de Ita Adicciones, detectamos que el perfil de adicción a redes sociales y navegar por internet, siguiendo a you-tubers es más común entre las chicas, y los chicos presentan una mayor adicción a los videojuegos, y sobre todo en línea con multijugadores. Las personas que sufren estas adicciones están en edades que oscilan de entre los 16 años hasta los 40 años, aunque la mayoría de nuestros pacientes que presentan ese diagnóstico, son adolescentes.
Durante la Covid-19, hemos visto aumentado en nuestros menores y adolescentes, el uso de los videojuegos o juegos on-line y el aumento del uso de la navegación por internet, convirtiéndose en muchos casos en un abuso de las nuevas tecnologías, teniendo en cuenta que no podían salir a la calle a relacionarse con sus iguales o jugar, de una manera normal.
Hay que tener cuidado con el diagnóstico, pues uno de los síntomas claros, para detectar una adicción es la incapacidad para detener, suspender o disminuir la conducta. Sin embargo, en la adicción a las nuevas tecnologías, tenemos que hacer una matización, pues el que un menor o adolescente no quiera dejar de jugar a un videojuego o apagar la Tablet, para hacer otra actividad, como irse a dormir o estudiar, no implica que haya un problema de adicción a las nuevas tecnologías, pues estas conductas (jugar) producen en el cerebro una sustancia llamada dopamina, que genera sensación de placer y afecta directamente al sistema de recompensa del cerebro, siendo normal que los menores o adolescentes no quieran dejar de jugar on-line o a los videojuegos, es por ello, que tienen que darse otros síntomas más graves y unas características de la personalidad que los acompañen.
¿Cómo podemos detectar una dependencia a las nuevas tecnologías?
Los síntomas más relevantes que nos pueden indicar que hay una dependencia y falta de control, son entre otros, un aumento de la tolerancia, es decir mayor repetición del uso de internet, Smart-phone, Tablet, etc…, cada vez se dedican más horas de tiempo y deja de dedicársela a otras actividades (estar con la familia o amigos, trabajar o estudiar, leer, higiene, etc.), hay menores o adolescentes que llegan a jugar hasta 12 horas al día, unido a veces, a síntomas depresivos, que desaparecen al realizar la conducta adictiva, y luego reaparecen al cesar de jugar o navegar por internet, es decir la persona empieza a necesitar esta conducta para “estar bien”, no para disfrutar.
El abuso del Smartphone conlleva algunos daños como problemas oculares, resequedad, problemas en la palma de la mano y dedo pulgar, si llegan a ser graves y aun así no se deja de realizar la conducta, podemos también diagnosticar una adicción.
Son claves, para el diagnóstico, los signos de abstinencia, puesto que si se interrumpe la conducta adictiva, cuando se le apaga el ordenador o se le quita el Smartphone o simplemente se interrumpe la red o pierde el acceso a internet, aparece irritabilidad, ansiedad, brotes de violencia o agresividad.
Otros síntomas son: el insomnio (en los menores es un grave problema, pues el aprendizaje se fija a través del sueño, es por ello que hay que vigilar que duerman sus 8 o 10 horas diarias), el descuido en la higiene personal, o la nutrición.
Otro síntoma más, en casos más graves, es la ejecución de actos delictivos, como acoso o “ciberacoso”, llegando a grabar y difundir imágenes intimas, etc., se empieza a perder el criterio de lo que está bien o mal, hay actos de mucha impulsividad, llegando a una toma de decisiones, sin pensar en las consecuencias.
Los signos más claros para detectar si estamos ante un trastorno adictivo son las mentiras, engaño o manipulación, jugaron-line o acceder a internet a escondidas.
Otro de los síntomas, es un gasto excesivo de dinero, sin ser conscientes de las consecuencias, y la falta de concentración.
Entre las características de la personalidad que sufre estas adicciones, encontramos baja autoestima, impulsividad, compulsividad, baja tolerancia a la frustración, entre otras.
¿Qué hacer una vez detectado el problema?
Es muy importante la detección a tiempo, sobre todo en menores o adolescentes, puesto que su cerebro se está formando hasta los 20-25 años, tiene mucha plasticidad, la adicción puede generar que las estructuras cerebrales del córtex prefrontal relacionadas con el control de impulsos, la toma de decisiones se vea modificada, y les cueste más reconducir la adicción a una conducta sana. El sueño como comentábamos, también es un componente importante para su buen desarrollo, pues es cuando se fija todo lo aprendido durante el día.
Una vez detectado, acudir a un profesional especializado en este tipo de adicciones, pues no todas se tratan igual, la sintomatología es similar, aunque tienen sus características particulares, y es importante un buen diagnóstico, pues hay casos, que se pueden tratar mediante un tratamiento ambulatorio, dependiendo de la gravedad y otros casos más graves, requieren un ingreso breve, unas semanas en una unidad de hospitalización, con grupos específicos para tratar los síntomas, así como la personalidad adictiva, pues es importante deshabituar al paciente de la conducta y tratar los síntomas de abstinencia, que acompañan al cese de la conducta (jugar a videojuegos, o redes sociales o navegar por internet).
La hospitalización breve permite que podamos indagar a un nivel más profundo o emocional, en lo que hay debajo del trastorno adictivo, para poder tratar la baja autoestima, o el motivo de la desconexión del paciente de sus emociones a través de esta conducta o la incapacidad para manejarlas o incluso detectar algún trauma oculto, y después continuar con un tratamiento ambulatorio.
El problema de las adicciones a las nuevas tecnologías, es que hay que normalizar la conducta, en muchos casos, se requiere en el tratamiento una deshabituación, (apartarse temporalmente de los videojuegos, móvil u ordenador) para después normalizar el hábito y acompañar al paciente a un nuevo uso de las nuevas tecnología de una manera saludable. La mayoría de nuestros pacientes, lo consiguen, además del trabajo emocional de lo que se escondía bajo la adicción, que evitará que sustituyan por otra adicción a otra conducta o sustancia psicoactiva o droga.