La situación actual en Ucrania es claramente una de las noticias más relevantes del panorama internacional de este 2022, dejando sin protagonismo a la mayor pandemia global del siglo XXI. Aun así y como pasa a menudo en esta situación también quedan escondidas victimas y se visibilizan ciertos aspectos que por sus características de impacto son más mediáticas que otras. En las noticias vemos los bombardeos, los colapsos en los corredores humanitarios, las consecuencias económicas y hasta una infinidad de debates sobre el panorama geopolítico. Temas que más allá de ser muy interesantes no dan margen a una participación activa de la ciudadanía en respuesta a este conflicto. Nos han hecho saber la importancia de dar alimentos, alojamiento, ropa y transporte a aquellos quienes huyen del conflicto bélico; pero la realidad de las necesidades que podemos cubrir desde nuestros recursos puede ser más amplia, y más allá de los recursos tangibles como los comentados hay otras áreas de vital importancia sobre las que podemos intervenir. De estas últimas áreas se encargan los primeros auxilios psicológicos (PAP), el tema del que os quiero hablar hoy en referencia a la invasión rusa de Ucrania.
Se denomina PAP a aquella intervención psicológica en el momento de crisis, el objetivo es auxiliar a la persona a dar pasos concretos hacia el afrontamiento de la situación crítica, lo cual incluye el manejo adecuado de los sentimientos, el control de los componentes subjetivos de la situación y de comenzar el proceso de solución del problema. En este sentido los primeros pasos a dar cuando recibimos a alguien que pueda necesitar esta atención están teóricamente pautados y nos sirven de guía para actuar.
El primer paso es valorar la necesidad de ayuda psicológica; para ello es indispensable que sienta que la escuchan, aceptan, entienden y apoyan, lo que a su vez conduce a una disminución en la intensidad de la ansiedad; el contacto psicológico sirve para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, de forma más profunda en contribuir en un vínculo personal seguro y acogedor, que a la vez es el segundo paso. El tercer paso tiene que ver con el ofrecimiento de cortesía en un ambiente protector, realizar gestos de cuidado como ofrecer una bebida caliente, un sitio cómodo donde situarse y pasar el siguiente periodo de tiempo a la vez que se da información clara y fiable sobre la situación en la que se encuentren, en estas situaciones es habitual que haya preguntas a las que no tenemos respuesta, es importante mantenerse sincero en aquello que no podemos responder y no dar información que no esté contrastada, sino estaríamos contribuyendo al estado de confusión que probablemente ya arrastren de situaciones anteriores. Durante este paso es vital demostrar a través del comportamiento que te importa la persona y que eres respetuoso con su situación actual, su cultura y sus características personales sobretodo en cuanto a la forma de gestionar esta crisis vital, familiar y social. A continuación, se debe velar por la ayuda en cuanto a las necesidades básicas de estas personas, como hemos dicho anteriormente, esta parte es la más visible y la que coordinamos como psicólogos ya que si no esta cubierta el resto de pasos de la atención psicología pierden sentido.
Una vez cumplimentadas estas primeras fases se inicia una fase de escucha activa donde es importante atender a las necesidades de ser escuchado del interlocutor y no forzar a narrar aquello que no están dispuestos a comentar en este momento. En este sentido a veces las convenciones sociales nos pueden llevar a dar respuestas como “todo va a estar bien”, es importante sustituir estas frases por tranquilizar de una forma más realista, “lamento lo ocurrido” y “puedo entender como te sientes” son buenos ejemplos de ello. Alentar a las familias a través de los recursos personales que las han traído hasta la situación actual también es una forma de rebajar la ansiedad y capacitar próximos pasos. Por último, pero no menos importante es facilitar el contacto con aquellas personas, familia y allegados con los que no se han podido comunicar y ayudarles a recobrar el contacto con ellos.
Estos pasos junto con una voluntad de ayudar y una coherencia con los recursos de los que disponemos es clave para realizar este tipo de intervenciones. La crisis humanitaria que estamos viviendo tiene una gran variedad de prismas desde donde mirarla, y la intervención psicología es poco visible, pero de gran relevancia para la reconstrucción positiva y la generación de resiliencias en momentos de crisis.
Pasos básicos de los primeros auxilios psicológicos:
- Observar y mantenerse alerta.
- Establecer vínculos.
- Ayudar a las personas a sentirse cómodas y a gusto.
- Actuar con gentileza, calma y solidaridad.
- Ayudar con las necesidades básicas.
- Escuchar.
- Tranquilizar de forma realista.
- Alentar formas positivas de afrontar la situación.
- Ayudar a las personas a relacionarse con los demás.
- Ofrecer información exacta y oportuna.
- Finalizar la conversación.