Trastornos de la Conducta Alimentaria

Obesidad; ¿qué es?

12 de Noviembre, 2020 Estefania Sánchez Cuadrado

La obesidad es una enfermedad compleja que consiste en la presencia de una acumulación anormal o excesiva de grasa, lo que supone un riesgo para la salud. La obesidad no es solo un problema estético, va mucho más allá.

 

Los datos más recientes reflejan que en la población adulta española (25-60 años) la prevalencia de obesidad es del 14,5% mientras que el sobrepeso afecta al 38,5%. Esto significa que uno de cada dos adultos presenta un peso superior a lo recomendable. Siendo más frecuente esta condición médica en mujeres (17,5%) que en hombres (13,2%).

 

En adultos el parámetro más utilizado para medir el sobrepeso y la obesidad es el índice de masa corporal (IMC). El IMC se define como el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2). Este es el mismo para ambos sexos y todas las edades adultas. Debe considerarse como una orientación y no como un termino preciso, ya que hay otros factores que deben ser considerados; por ejemplo el  porcentaje de grasa corporal.

 

Cabe destacar que, la obesidad infantil a día de hoy, es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante, los datos muestran que una historia de obesidad u sobrepeso en la infancia se mantiene a lo largo de la edad adulta. Quienes la padecen durante largos periodos de tiempo tienen más probabilidades de desarrollar a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

 

El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son, en gran medida, prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

¿Cómo afecta a la vida de las personas sufrir esta enfermedad?

La obesidad afecta a las personas dejando un impacto en su salud, siendo más propensos a padecer enfermedades como:, diabetes tipo 2, cáncer (de endometrio, de mama y de colon), hipertensión dislipidemia, accidente cerebrovascular, enfermedad coronaria, afectación del hígado y de vesícula, apneas del sueño, artrosis, afecciones ginecológicas (menstruación anómala, infertilidad)…

 

Además del aspecto físico, esta enfermedad interfiere de forma negativa a nivel biopsicosocial; Muchas veces termina ligado a una elevada insatisfacción corporal, autocriticas frecuentes sobre la imagen o el peso, que pueden desencadenar otros trastornos psicológicos como la depresión, baja autoestima y desordenes de la alimentación.

 

A nivel nutricional, ¿qué se puede hacer?

Aunque se sigue investigando para la obtención de fármacos que favorezcan la disminución de la obesidad, a día de hoy no se han obtenido grandes resultados. Actualmente se está apostando por estudios que ponen el foco  en la  microbiota intestinal como factor de riesgo en la obesidad, es por ello que la ayuda de un nutricionista puede ser útil para poder hacer cambios en esta.

 

Se ha comprobado que lo que  influye directamente en la pérdida de peso y en el mantenimiento del mismo en el tiempo es ofrecer una educación sobre unos buenos hábitos alimentarios, fomentar un estilo de vida activo y realizar un abordaje global del problema. Conjuntamente nos permite no solo tratar las conductas perjudiciales relacionadas con la comida y el peso, sino también los problemas asociados que las han provocado, para que de esta forma se reduzca  la probabilidad de que reaparezca.

 

Solo algo más del 50% de la población sigue una dieta saludable que cumpla con los estándares internacionales o las recomendaciones de las guías nacionales.  Por ejemplo, se ha observado que menos del 50% de la población cumple con la recomendación de tomar 5 porciones de fruta y verdura al día.

 

 

¿Cómo trabajamos en Ita este aspecto?

Nuestra diana de intervención se centra en la promoción de hábitos alimentarios y de vida saludables, puesto que como se ha comentado previamente, suponen un factor de protección que previene la obesidad. Además de ofrecer una educación emocional y dotar  de recursos para gestionar y resolver problemas afectivos.

 

Desde Ita contamos con un plan de intervención específico que busca romper la cadena de conductas que hasta el momento han favorecido el problema y aborda la dinámica de vida del paciente en su totalidad.

 

Aprender a comer es importante; la gran mayoría de personas que presentan obesidad han crecido con la realización de dietas o con tendencia a restringir en la alimentación que, sin resultados a largo plazo generan una desmotivación, lo que desencadena un efecto rebote que hace que no se llegue nunca a un resultado satisfactorio. Por lo tanto, la base siempre son los buenos hábitos alimentarios y tener una buena  relación con la comida.

 

Nuestra intervención no solo persigue la pérdida de peso, sino que amplía sus objetivos a la mejora del bienestar psicológico de la persona, asegurando así el mantenimiento del peso perdido. Ayuda a establecer unos hábitos más saludables; a planificar la compra, a cocinar de forma más organizada... También centra el foco en comprender que las dietas restrictivas no funcionan a largo plazo, que la alimentación debe ser equilibrada y variada, y que uno debe cuidarse toda la vida.

 

 La comida no puede ser una válvula de escape y es importante tomar consciencia de ello, para poder disfrutarla sin que se convierta en un problema.

Nutricionista de Ita

Máster en abordaje psicológico de Trastornos de la Conducta Alimentaria.