Es sabido que el Alcohol es una sustancia nociva y que su consumo durante el embarazo puede producir un amplio espectro de efectos adversos en el feto y en su desarrollo.
La exposición prenatal al alcohol puede alterar o crear disfunciones en el Sistema Nervioso central (SNC) debido al daño estructural cerebral. Dichas alteraciones pueden verse en Resonancias magnéticas cerebrales y las más comunes pueden ser la microcefalia (cerebro de por sí más pequeño), disminución del volumen de la sustancia blanca y gris, malformaciones y agenesia del cuerpo calloso, reducción del volumen del núcleo caudado, del hipocampo y de los lóbulos frontales, temporales y parietales.
La gravedad del daño cerebral debido a la exposición prenatal al alcohol depende de la dosis de alcohol, el patrón regular de consumo así como la susceptibilidad genética de cada persona (así como variables externas y ambientales o socioculturales).
El trastorno del Espectro Alcohólico fetal (en ingles las siglas FASD – Fetal Alcohol Spectrum Disorder) es un término utilizado para agrupar un gran rango de anormalidades físicas, mentales, conductuales y cognitivas que un individuo puede presentar cuando ha estado expuesto al alcohol durante su desarrollo prenatal.
La forma más grave dentro este espectro es la Síndrome Alcohólica Fetal (en inglés: FAS Fetal Alcohol Syndrome). Sus características se pueden dividir en malformaciones morfológicas (especialmente defectos craneofaciales) retrasos del crecimiento, y alteraciones del sistema nervioso central, expresadas principalmente como alteraciones cognitivas, conductuales, de socialización y de aprendizaje en general. Parece que hay una tendencia a un coeficiente intelectual algo menor (sobre todo en aspectos verbales) pero esta tendencia aun esta por clarificar***
Además existen diferentes diagnósticos dentro del espectro del TEAF (con y sin confirmación de consumo materno):
- SAF
- SAF parcial
- Defectos neurológicos relacionados con el alcohol (ARND)
- Defectos congénitos relacionados con el alcohol (ARBD)
Actualmente, en el mundo occidental, el SAF es la forma prevenible más común de discapacidad del desarrollo. La prevalencia mundial (según ultima meta análisis reciente de datos internacionales) de SAF es de 14.6/10000 individuos. Lo que aproximadamente unos 110.000 bebes nacen con la forma grave de la enfermedad de SAF cada año.
El TEAF tiene unos criterios diagnósticos validos y suportados por la literatura científica y diferentes instituciones internacionales (OMS, DSM, Institut of Medicine, Canadian Medical Asociation) Permite incluir a los niños con afectaciones derivadas de la exposición prenatal al alcohol dentro del espectro, en el cual la síndrome alcohólica fetal (SAF) es una de los extremos. Actualmente nos basamos en los trabajos de Hoyme.
Esta evaluación incluye una evaluación cognitiva con déficits globales en distintas áreas y en el nivel global de desarrollo e inteligencia así como en aspectos de lectoescritura o expresión oral.
Además también incluye una exploración clínica o medica basada en una evaluación somatométrica (altura, peso, perímetro craneal) y evaluación morfológica donde se identifica un patrón de anomalías principalmente faciales relacionadas con la exposición prenatal al alcohol (labio superior fino, filtrum liso, por ejemplo)
EL TEAF solo describe una serie de alteraciones clínicas que permiten diagnosticar el daño producido por la exposición prenatal al alcohol pero el TEAF no tiene un tratamiento especifico ya que es un espectro de síntomas muy amplio (igual que en el caso del TEA, que algunos expertos hablan de “constelación” de síntomas). No obstante, a pesar de no haber un patrón cognitivo prototípico; algunas alteraciones son comunes en estos pacientes. Por ejemplo, la afectación en memoria de trabajo dificultades en la gestión emocional así como déficits en la teoría de la mente (metacognición).
A nivel clínico observable, estas dificultades pueden traducirse en diagnósticos de TDAH (trastorno por Déficit de Atención y/o hiperactividad) , por la falta de atención o las dificultades en el control de la impulsividad; en un fracaso escolar por el bajo rendimiento academico, una posible discapacidad intelectual o un funcionamiento intelectual límite,, problemas de lecto escritura o con el cálculo (dislexia y/o Discalcúlia) , Trastornos de Conducta, etc. Es importante hacer hincapié en el término “dismaturity” un término inglés que simboliza la incapacidad de adquirir la madurez en algunos ámbitos, mientras que en otros sí que se logra dicha madurez cronológica.
En el caso de niños adoptados (no solamente de otros países sino también en el propio país) hace falta tener en cuenta que también juega un papel importante otras variables como la falta de control del embarazo, problemas obstétricos al parto, patologías neonatales, abandono o la falta de estimulación precoz. En muchos casos, dicha información se desconoce.
El pronóstico en cada caso, no depende solo del diagnostico final dentro del espectro sino que depende de los síntomas activos de cada persona y por tanto de la capacidad de adaptación a la vida cuotidiana y del trabajo familiar y de la red comunitaria de que disponga cada paciente
Algunas de estas estrategias para tratar la sintomatología asociada van dirigidas al trabajo de habilidades sociales, trabajo psicoterapéutico en aspectos emocionales y de gestión de la frustración y autocontrol. Se recomienda poder trabajar en ambientes donde los niñ@s se sientan seguros, rodeados de personas conocidas y donde haya el menor número de cambios posibles en su rutina diaria (de hecho esta comorbilidad con el Trastorno del Espectro del Autismo hace que unidades como la del Neurodesarrollo de ITA favorezcan la primera parte contenedor de los pacientes más graves)
En el ámbito de los aprendizajes es importante configurar un plan de trabajo que sea individual y que trabaje en la consolidación de conocimientos mediante la combinación de diferentes canales sensoriales (auditivos, visuales, corporales). Desde las reeducaciones psicopedagogicas conjuntamente con el espacio psicoterapéutico se pretende abordarlo de la forma más global posible.
En la escuela es importante el mantenimiento del grupo de clase ya que da una estabilidad y contribuye a la mejora de la autoestima cuando se hayan consolidado los vínculos con los alumnos. Es preferible siempre el refuerzo dentro del aula al cambio de grupo. Recomendamos las siguientes guías para profesores (dos en inglés ya que la literatura en castellano es escasa aún):
https://www.afasaf.org/guiaprofesores
Finalmente en casa, es importante el trabajo de rutinas y las conductas y hábitos de vida para desarrollar su independencia y autonomía a través de la psicoeducación con los padres y del trabajo cooperativo y coherente sobre todo en casos de familias más desestructuradas. Recomendamos asociaciones como Visual TEAF o AFASAF o SAFGroup ZeroSAF para tener más información y asesoramiento familiar o ASFATAC cuando la situación se vuelve con un Trastorno de Conducta y la situación se vuelve insostenible en el ámbito familiar.
Bibliografía
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